Risa ajena.

Una vez, dos más, tres, cuatro quizás. Quebramos nuestros labios. Unimos nuestras bocas. El rojo del carmín, ya no estaba en mi boca. El maquillaje corrido. La camisa desarreglada, los botones rotos. Un momento de pasión irrumpido por el sonido de la puerta abriéndose. Miradas curiosas y furibundas centradas en nuestra ropa. Un cruce de miradas y el sonido de las risas perdiéndose en el vacío, al salir de la habitación. Gritos furiosos en el fondo, ahogados por la risa tan ajena a ellos que salían de sus labios.

"El mundo un pañuelo"

Hace un tiempo, alguien que conozco me dijo: "El mundo es un pañuelo". No supe que responder a eso, no le entendí. ¿Somos descartables, quiso decir? ¿Tenemos un límite y volvemos a recaer en lo mismo?.
Dijo lo mismo recientemente. Y entendí que "Nos conocemos todos y aún así... no conocemos a nadie".
Sonreímos siempre, pero si todos supieran lo que ocultan nuestras risas... el corazón les sangraría, como a nosotros. ¿Fuimos descartables? Ya lo creo. ¿Caemos en lo mismo? Absolutamente. Hasta que aprendamos a sonreír a pesar de todo. Hasta que el mundo sea nuestro pañuelo.

Pánico

Te escucho gritar, agitar tu cuerpo con desesperación, verte tratar de tomar de una inspiración un poco de aire. Es pánico, lo sé. ¿Por qué te ocurre? ¿Por qué esa actitud? ¿Qué viste en aquél tiempo? ¿Qué te hicieron?.
Todas las noches esa misma escena. Es muy difícil que confíes en mi, pero sabes y estás más que seguro que no podría hacerte daño. No solo porque mi cuerpo no se compara con el tuyo, sino porque comprendes que quisiera estar en tu lugar y sufrir yo tu dolor. Te oigo gemir, retorcerte y contraer tu rostro. Me dijiste que no te despertará pues podría salir lastimada pero... No lo soporto más. Tengo que ayudarte. Tienes que contarme lo que pasó o esas pesadillas te destruirán. Grito tu nombre, y luego solo hay oscuridad.

Tus ojos y mi sonrisa.


Me enamore de tus ojosTú dijiste amar mi sonrisa.
En aquél tiempo, qué importaba si era verdad o no.
¿Cómo no te diste cuenta que mi sonrisa era vacía?
¿Cómo no noté que tu mirada no era sincera?
Fuimos un beso robado, una caricia clandestina. Llegamos hasta ser "un secreto" para nuestros conocidos. Una risa cantarina, un guiño atrevido, un susurro decadente, eso intercambiamos en los instantes de silencio.
La suavidad y la rudeza, eramos seres bipolares. Tan parecidos y tan diferentes. AL besarnos tiernamente, nos dijimos adiós sin palabras.
Porque solo amaba tus ojos, y tú solo amabas mi sonrisa.

Mi primer amor.

Nos llaman tontos por negar lo que "sentíamos", que nos negamos a admitir algo más allá de la atracción. Sigo fervientemente declarando que no fue más que eso. Tú, en cambio, prefieres ignorar que tuvimos alguna vez un "algo". Aunque realmente ese "algo" fue "nada". 
No fue amor, siquiera cariño. Fuimos una experiencia. Fuiste mi experiencia de como una ilusión puede causar estragos exóticos en la mente y el corazón.
Ahora en esté momento puedo decir fuiste un espejismo. Nada más que eso. 
Un engaño, una fantasía , que se halla distorsionada, y casi nula en mi mente. No podré olvidarte, con el primer amor nunca pasa. Pero a diferencia de un verdadero primer amor que permanece en un rincón del corazón, tú solo persistirás en un algún recoveco retorcido y distante de mi cerebro. Solo un recuerdo, solo una ilusión. Mi ilusión del primer amor.

"Es tan injusto poseer exclusivamente a una mujer como poseer esclavos."
--Marqués de Sade--

Así es.

Ella tenía la misma  actitud de siempre. Caminaba con esos tacos que la hacían ver elegante.
Se "viste para la guerra", "esa arpía", "no se cómo el jefe la aguanta" se escuchaba murmurar cuándo ella cruzaba las grandísimas puertas de aquella empresa.
Su rostro pétreo, impenetrable y frío acallaba los chusmeríos.
Nadie, nunca, le vio regalar sonrisas dulces por ningún pasillo de aquel lugar.
Con la elegancia que la caracterizaba, con el cinismo en la que la catalogaban, entró sin anunciarse al despacho del jefe, como siempre hacía, e hizo resonar la puerta con el impacto.
"¿Asustando a mis empleados, mujer?"
"Bueno Jefe, hay que demostrarles quién es su jefa" Y le sonrió al único que tenía derecho a ver su lado tierno, arrancándole una suave risa al hombre que se encontraba detrás del escritorio.
"Mujer, vas a a tener que cambiar esa actitud orgullosa" Se lo dice, pellizcándole su nariz y dándole un pequeño beso.
"¡Auch! Pero así te gusto" Se abraza a él.
"Así es, cariño, así es."
Cute Orange Flying Butterfly