Mujer - Basta de confusión, MALDITA SEA. No ves el dolor que nos provoca estar en esta situación de ida y vuelta, a ella tanto como a mi. ¿Acaso no ves esa profunda tristeza en mis ojos, o en los suyos?.
No soportaría tu indiferencia, ni tu rechazo pero... hiere demasiado tu indecisión.
Elegiré yo, por ti. Ve con ella. Te necesita. La amas al igual que me amas a mi. Pero debe ser una de las dos. Yo... sobreviviré y no molestaré. Pero ella te seguirá aunque no la quisieras. Esto es el adiós, mi vida.
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Y así es como dos almas jóvenes quedaron destruidas. Ella, se va mordiéndose los labios intentando atenuar los sollozos que salen de su garganta, clavándose las uñas en sus palmas. Él, se queda con la mirada perdida, dejando correr las lagrimas por su rostro mientras un profundo dolor es su pecho le hace dar cuenta de que... ella es la única.
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Hombre - Amor, lo nuestro no termina aquí... es una promesa. Todavía no es tarde para recuperarte. (Susurra mirando el camino por donde se iba la única que en verdad amó, ama y amará)
